jueves, 14 de octubre de 2010

transporte solar

egipcios de la antigüedad, el ciclo perpetuo de la llegada y la puesta del Sol es comparable al ciclo de la vida y de la muerte. Así, cada mañana el Sol nace en oriente, crece hasta el cenit, envejece hacia occidente, y luego desaparece en el reino de los muertos, la Duat. Este viaje diurno, el dios solar, Ra, lo efectúa a bordo de una barca llamada mandyet. La elección de una barca como medio de transporte se comprende fácilmente en una civilización eminentemente fluvial donde el Nilo representa la vía principal de comunicación y fuente primordial de alimentos gracias a las fertilizantes crecidas, la irrigación y la pesca.
El periplo perpetuo de Ra no conoce pausa al atardecer, al contrario, sólo empieza de nuevo. Es en otra barca, llamada mesektet, en la que comienza su periplo subterráneo, el que atraviesa durante las doce horas de la noche antes de poder renacer por la mañana. En el reino de los muertos, debe enfrentarse con las fuerzas del caos, en las que el representante más poderoso es la serpiente Apofis. En la barca es acompañado por otras divinidades que, como Seth, le ayudan a luchar contra el caos.
Los egipcios de la antigüedad imaginaron que asociándose con el dios solar en el momento de su viaje perpetuo a bordo de las barcas sagradas, sus almas vivirían eternamente. Así es como el culto funerario quedó fuertemente marcado por este mito solar. Por eso, normalmente, las tumbas se construyeron sobre la ribera occidental del Nilo, dónde "muere" el Sol, y en el ritual funerario se incluía atravesar el río con el difunto sobre barcas semejantes a las del dios solar.

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